Mi primer contacto con las barajas de tarot fue cuando apenas tenía 5 años y mi abuela me regalo de cumpleaños el primer mazo, yo pensé que solo eran algún tipo de juguete sin embargo mi abuela me explico que con el tiempo serian de gran utilidad para mi, y así fue.
Recuerdo que me dijo que las cartas del tarot servían para llevar luz a nuestros pensamientos y como apoyo incondicional a la hora de tomar decisiones que marcarían el rumbo de mi vida, me ordeno que las cuidara con todas mis fuerzas y que antes de utilizarlas debería de prepararlas. NO tenía la más remota idea a lo que mi abuela se refería, sin embargo por algún motivo que desconozco ya no pregunte más y solo tome las barajas de tarot y las guarde en el cajón de mi armario.
Nunca imagine que 10 años después mi abuela me preguntaría por ellas, fue el día que celebraba mis quince años, a mí lo que me interesaba era que mi baile saliera a la perfección y que Romualdo Quintero se enamorara de mi al verme en mi lindo y elegante vestido. Con tal de no discutir con mi abuela subí a mi recamara abrí el cajón donde guardaba mis cartas de tarot y para mi sorpresa no las encontré, mi abuela me dijo que era natural puesto que ya eran mis amigas, yo como siempre quede sin entender nada pero ella me prometió que un día me lo explicaría todo.
En ese momento no entendía la trascendencia que esas cartas tendrían en mi vida ni en la de Romualdo mi adorable esposo que siempre me ha dado comprensión y amor, de momento los dejo porque tengo que atender mi línea de tarot 806 donde ayudo a las personas a mejorar su calidad de vida, revelándoles algún secretillo o acontecimiento próximo que les cambiara la vida.
